La circuncisión masculina (jitan): Consistente en cortar la piel que cubre el glande para dejar éste totalmente al descubierto. Es una sunna confirmada. Es indeseable circuncidar el día del nacimiento o al séptimo día del mismo por ser práctica de los judíos. Se recomienda que se circunde a los niños cuando empiecen su segunda dentición, o sea a los seis años. No se deberá dejar que el niño cumpla diez años sin haber sido circuncidado. No está permitido a quién no se circuncide sin pretexto alguno que ocupe el cargo de Imam o de Testigo Fidedigno o Adul.
La circuncisión femenina (jufad): Consiste en seccionar una pequeña parte del clítoris. Está prohibido extirparlo completamente, por prohibición explícita del Profeta -la paz sea con él-.
Según los comentaristas de la Risala, la circuncisión femenina debidamente realizada es el realce de la belleza femenina, infundiendo luminosidad en el rostro de la mujer, y el aumento del placer durante el coito.
En cuanto a la actual polémica surgida en torno a las ablaciones del clítoris puede ser debida a una práctica que no se ajusta a lo establecido por la Shari'a. En cuanto a la circuncisión femenina llevada a cabo según establece la Shari'a priva a la mujer de capacidad de capacidad de sentir placer sexual y obtener el orgasmo es totalmente falso. Prohibir a la mujer sentir placer sexual u orgasmo es atentar contra uno de los elementos que la Shari'a protege: LA VIDA.
En efecto, sin placer sexual se disminuye la capacidad de reproducción y sin reproducción no hay vida.